24 De igual modo que tu vida ha sido hoy de gran precio a mis ojos,
así será de gran precio la mía a los ojos de Yahveh, de suerte que me libere
de toda angustia.»
25 Dijo Saúl a David: «Bendito seas, hijo mío David. Triunfarás en
todas tus empresas.» Siguió David por su camino y Saúl se volvió a su casa.